6 lecciones magistrales de gestión

Primero me lo tomé a broma, porque resulta que los enunciados parecen graciosos y probablemente lo sean, pero la verdadera riqueza de este mini-curso de gestión o management es la simpleza con la que mediante ejemplos contundentes logra transmitir ideas brillantes de manera clara y directa. Muchos de ustedes, como yo, habrán comprobado algunas de estas cosas en la oficina, otros aprenderán cosas muy útiles con este breve texto. No les tomará más de 10 minutos pero el beneficio puede ser de por vida. Disfruten leyendo.

Lección 1:

Una mañana cualquiera, un hombre se mete en la ducha justo en el momento que su esposa sale de la misma. En ese preciso instante suena el timbre. La mujer se apura a envolverse con la toalla y baja las escaleras para ver quién es. Al abrir la puerta ve parado afuera a Bob, su vecino.
Antes de que la mujer pueda emitir palabra Bob dice:

– “Si dejás caer la toalla te doy 800 euros”

Ante tan inesperada como tentadora propuesta, la mujer lo piensa unos instantes y suelta la toalla dejando su anatomía al descubierto.
El osado vecino contempla el panorama unos segundos, luego se mete la mano en el bolsillo y le da a la mujer 800 euros y se va.
Aun un poco confundida se envuelve nuevamente en la toalla y sube las escaleras. Arriba el marido le pregunta:

-“¿Y, quién era?”.
-“Era Bob, el vecino de al lado”, responde enseguida la mujer.
-“¡Bien!” exclama el marido, -“¿y te dio los 800 euros que le presté?”

Moraleja: Es buena idea compartir información financiera con los accionistas de tu empresa para evitar exposiciones innecesarias.


Lección 2:

Un sacerdote iba conduciendo su coche cuando vió al costado de la ruta a una joven novicia esperando el autobús. Detiene su coche ya que él viajaba hacia el mismo convento y le ofrece llevarla. La monja acepta inmediatamente agradeciendo el gesto del sacerdote.

Durante el viaje la religiosa cruzó las piernas buscando ponerse cómoda y el tal movimiento dejó ver ligeramente parte de un muslo.
El sacerdote que miraba el movimiento de reojo casi pierde el control del coche. Minutos más tarde acerco su mano y la posó sobre la pierna de la monja.

-“Padre, por favor recuerde el Salmo 129…!” exclamó ruborizada la monja.
-“Perdón, hermana…” se excusó el cura retirando rápidamente la mano.

Pocos kilómetros más adelante la monja dormitaba y con el movimiento del vehículo volvió a quedar expuesta parte de su pierna.
El cura lujurioso nuevamente deslizó su mano hacia la rodilla de la joven.

-“¡Padre, Padre, por favor, el Salmo 129!” gritó ella.
-“Lo siento mucho hermanita, la carne es débil” se disculpó el sacerdote quitando su mano inmediatamente.

Al llegar al monasterio la monja bajó del coche emitiendo un largo suspiro y se despidió sin mirar al cura.
El hombre quedó mirando cómo se alejaba la bella novicia, disgustado abrió su maletín buscando la Biblia para leer el Salmo 129 que decía:

“…no te detengas, ve hacia arriba, sigue subiendo y encontrarás la gloria.”

Moraleja: Si no estás bien informado acerca de tu trabajo es muy probable que las posibilidades de progresar te pasen de largo.


Lección 3:

Un vendedor, un empleado administrativo y el director de una oficina salen juntos a comer y en la calle junto a un árbol ven tirada una lámpara de aceite como la de los cuentos de Aladino. Escépticos deciden frotarla y para sorpresa de los tres surge un enorme genio de su interior.

-“Tengo tres deseos para ofrecerles, y como ustedes son tres les concederé uno a cada uno”. Exclamó el genio con su profunda voz de genio.

-“¡Yo primero, yo primero!”, gritó el administrativo sin dar tiempo a sus compañeros. -“Quiero estar en Bahamas, a bordo de un lujoso yate y sin que me importe nada del mundo”, exigió.

Inmediatamente el genio chasqueó sus dedos y el hombre desapareció para cumplir su deseo.

-“¡Ahora yo, sigo yo!”, aulló el vendedor al ver que la cosa iba en serio. -“Deseo estar en Hawaii, ser rico, con mi masajista personal, provisión permanente de Piña Colada y con la mujer más hermosa”.

Puff!! Otro chasquido y el vendedor desapareció rumbo a su deseo soñado.

-“Es tu turno, ¿qué vas a pedir?”, preguntó el genio mirando al director.
-“Bien, quiero que esos dos vuelvan a la oficina después de la hora del almuerzo.”

Moraleja: Siempre deja que tu jefe hable primero.


Lección 4:

Un águila estaba posada, descansando en la rama más alta de un árbol. Debajo, entre los arbustos apareció en conejo que al ver tan oronda a la enorme ave exclamó:

-“¡Qué bien, yo también quiero estar descansando sentado así, sin hacer nada! ¿Puedo?”
-“Por supuesto, por qué no”, respondió el águila sin inmutarse.

Entonces el conejo se echó en el suelo bajo la sombra del árbol a disfrutar de la brisa de la mañana. Enseguida y con sigilo se acercó un zorro que con un movimiento rápido y letal cayó sobre el desprevenido conejo, lo mató y se lo comió mientras el águila observaba la cruda escena desde su rama sin inmutarse.

Moraleja: Para poder estar sentado sin hacer nada, hay que estar sentado muy, muy arriba.


Lección 5:

Una mañana en la granja, un pavo daba charla a un toro:
-“Me encantaría poder subirme a aquella rama, pero no tengo la energía necesaria.”, dijo el ave señalando la rama más alta de un frondoso árbol.

-“Puedes comer un poco de mis excrementos, tienen muchos nutrientes y seguro te harán más fuerte.”, respondió en toro con seguridad.

Entre escéptico y asqueado, el pavo decidió probar aquella receta y el primer día se sintió con más energía. De un salto consiguió subir a una de las ramas más bajas.

Al día siguiente volvió a comer bosta de toro, con lo que su fuerza siguió aumentando y cada vez trepaba más alto en el árbol. Al cabo de una semana estaba tan bien nutrido que logró trepar sin problemas a la rama que tanto había deseado.

Momentos después, el granjero que vio al gordo pavo tan alto, cogió su escopeta y lo mató de un tiro. Esa noche cenó pavo.

Moraleja: las tonterías (Bullshit –bosta de toro- en inglés) pueden hacerte subir, pero no te mantendrán arriba.


Lección 6:

Al acercarse el invierno, un pequeño pájaro volaba rezagado junto a su bandada que migraba hacia tierras más cálidas.

Hacía tanto frío que al borde de la congelación cayó casi inerte en medio de un campo. Condenado a morir vió como una vaca se acercaba rumiando lentamente y sin mediar ni un gesto soltó una enorme bosta justo sobre él.

Semicongelado y cubierto de mierda de vaca solo atinó a pensar en lo cruel de su destino. Sin embargo, a los pocos minutos comenzó a notar que la materia que la vaca arrojó sobre él estaba caliente, y ese calor empezó a hacer que lentamente el ave recobre la vitalidad.

Casi recuperado y a punto de seguir su viaje estaba tan feliz que empezó a cantar de alegría. El sonido llamó a la atención de un gato, que al descubrir al pajarito lo sacó de la bosca de un zarpazo para luego comérselo.

Moraleja triple:
1º No todos los que se cagan en tí son tus enemigos.
2º No todos lo que te sacan de la mierda son tus amigos.
3º Si estás hundido en la bosta, lo mejor es mantener la boca cerrada.

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