Pablo Iglesias o el embrión del ‘Che’ español

No hubiera querido y la verdad es que jamás creí tener que hablar de personajes de este calibre dentro de la política española, y lo que es peor aún, dentro del mismísimo Palacio de la Moncloa. Pero no puedo dejar pasar este puente de la Constitución Española sin defenderla, desde mi humilde sitio de blogero, de quienes pretendan convencernos de que nuestra Carta Magna es tan solo un panfleto redactado por sus opositores políticos.
Y estoy moralmente obligado a hacerlo porque lo he jurado, igual que todos los españoles.

¿Es perfecta la Constitución Española?

Claro que no, ni debería serlo. La de ningún país lo es. Porque es un conjunto de leyes compilado por un grupo de seres humanos en un momento puntual de la historia del país. Sin embargo es siempre la columna vertebral del estado de derecho y si hubiera que modificarla, perfeccionarla o actualizarla, debe hacerse con el máximo respeto, deliberación y sentido patriótico. Sabiendo que cada letra escrita en ella tendrá efecto directo sobre las vidas de todos los habitantes del país. Para ese fin tenemos un congreso representativo, que se renueva con democrática frecuencia y es quien soporta la responsabilidad de haber sido elegido para tal fin, legislar.

El problema surge cuando «carismáticos» líderes de palabra fácil y tono de voz impostado pero aún cercano, pretenden ser ellos y sus ideologías los que se coloquen frente a la multitud para guiarla mientras la masa aúlla su nombre.

Esta enfermedad es propia de muchos tiranos mesiánicos de la historia humana. No pondré ejemplos porque el lector que haya llegado hasta aquí tiene ya en su cabeza al menos cinco nombres. Todos ellos cambiaron la historia de millones de personas, pero en el fondo, lo concreto y real, es que sólo perseguían sus propios intereses. No hay mucho más.

Por fortuna en el presente la tecnología es un aliado inesperado de la gente común en contra de estos caciques autoproclamados. Con el archivo digital el conocimiento está al alcance de casi todo aquel que lo desee. Hitler no hubiera sobrevivido a Facebook ni Castro a Twitter. Los pocos tiranos que quedan se esconden de Internet y tienen a sus pueblos en la oscuridad informativa para poder manipularlos, como es el caso de Kim Jong-un en Corea del Norte.
Sin embargo tampoco hay que descuidarse, porque cuando alguno de estos mal intencionados consigue acceso al poder, sus primeros objetivos serán los medios de comunicación y la educación. Actúan como una enfermedad que ataca primero al sistema inmunitario para después campar a sus anchas por todo el organismo.

El país en el que nací, Argentina, es cinco, diez o hasta veinte veces más rico que España en cuanto a a recursos naturales, territorio, climas, petróleo, campos para siembra, etc. Pero la realidad es que hoy en Argentina la pobreza supera el 45% y hasta el 65% de los niños la sufren. El paro, la inseguridad, la precariedad en salud, la crisis en la educación y el desamparo popular alcanzan niveles de alerta máxima.
En aquel país sudamericano otrora promesa de su región, ya no hay dinero, cultura, trabajo, ciencia, futuro ni esperanza, lo que si hay, hubo y habrá son muchos, muchísimos políticos y dirigentes como Pablo Iglesias Turrión, responsables directos de haber convertido a un gigante en un mendigo al que alimentan con las migajas de sus banquetes.

Pero es 2020 y tenemos Twitter. Sitio en el que cualquier célebre pensador puede exponer sus verdaderos fundamentos que luego el votante perspicaz sabrá desmenuzar. Debajo los del líder de Podemos ensalzando a un asesino.

Bueno, quizás haya sido un acto fallido. Un desliz entre tanta efeméride y agenda de Vice. Pues no, es una rutina, un homenaje anual a uno de sus modelos ideológicos. Debajo el de 2019.

Ahora veamos a quien adora este charlatán de mítines universitarios.

Antes de ser el «Che«, Ernesto Guevara Lynch de la Serna nació en cuna de oro. Con ascendencia irlandesa, provenía de una familia argentina muy acomodada o como se decía por entonces, de la alta sociedad.
Y esto no me resulta llamativo ya que algunos aristócratas aburridos de la abundancia que les rodea y del onanismo mental proveniente de su eterno ocio, deciden buscar emociones fuertes en el idealismo utópico. A cualquier precio.
De hecho, muchos comunistas acérrimos y «defensores de los derechos de los pobres» provienen de cunas de oro, pero jamás trabajaron. Sólo ocuparon sus horas leyendo libros que no comprenden sobre el marxismo, retorciendo sus propias mentes e intentando captar las cabezas de muchos otros románticos fantasiosos, generalmente jóvenes, prometiéndoles un mundo idealizado que jamás verán.

Lo que realmente pensaba el Che :

“Los jóvenes deben abstenerse de cuestionamientos ingratos de los mandatos gubernamentales. En su lugar, tienen que dedicarse a estudiar, trabajar e ir al servicio militar.”

“¡Los jóvenes deben aprender a pensar y actuar como una masa. Es criminal pensar como individuos!”

“…si los misiles hubiesen permanecido (en Cuba), los hubiésemos utilizado contra el mismo corazón de los Estados Unidos incluyendo a Nueva York. Nunca debemos establecer la coexistencia pacífica. En esta lucha a muerte entre dos sistemas tenemos que llegar a la victoria final. Debemos andar por el sendero de la liberación incluso si cuesta millones de víctimas atómicas.”

Durante la crisis cubana de los misiles en octubre de 1962, el Che apoyó a Fidel Castro en la confrontación nuclear con Estados Unidos. Decepcionado cuando el premier ruso, Nikita Khrushchev decidió retirar los misiles, ante la amenaza de una guerra nuclear, hizo estas declaraciones al reportero británico Sam Russell del periódico socialista Daily Worker.

“Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa.”

Esta es sin lugar a dudas una máxima de todos los dirigentes populistas en el mundo.

“Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro.”

“¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría. Nuestros soldados tienen que ser así.”

“Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han visto invadidos sus reales por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués. El desprecio y la pobreza los une en la lucha cotidiana, pero el diferente modo de encarar la vida los separa completamente.”

De su puño y letra en su diario de viaje.

“…el negro indolente y soñador, se gasta sus pesitos en cualquier frivolidad o en ‘pegar unos palos’ (emborracharse), el europeo tiene una tradición de trabajo y de ahorro que lo persigue hasta este rincón de América y lo impulsa a progresar, aun independientemente de sus propias aspiraciones individuales.”

En la película “Diarios de Motocicleta” omitieron esta observación incómoda del diario personal del Che.

“…acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola [calibre] 32, con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto. Al proceder a requisarle las pertenencias no podía sacarle el reloj amarrado con una cadena al cinturón, entonces él me dijo con una voz sin temblar muy lejos del miedo: ‘Arráncala, chico, total…’ Eso hice y sus pertenencias pasaron a mi poder.”

El 18 de febrero de 1957 el guía campesino Eutimio Guerra, fue acusado de pasar información al enemigo y enjuiciado por los rebeldes, que lo condenaron a muerte. A la hora de la ejecución, sus compañeros no podían decidirse a pasarlo por las armas, y fue entonces cuando el Che se adelantó y extrajo su pistola matando de un disparo en la sien a Eutimio. Así describió el suceso en su diario de la Sierra Maestra.

“…ejecutar a un ser humano es algo feo, pero ejemplarizante. De ahora en adelante aquí nadie me volverá a llamar ‘el saca muelas de la guerrilla’.”

Luego de la ejecución de Eutimio, el Che escribió esto en su diario.

“Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar.”

Fragmento de una carta escrita a su padre, refiriéndose a dicha ejecución.

El debate ya no es entre derechas e izquierdas, eso es sólo una distracción; el problema aquí es permitir que un personaje tan peligroso tome decisiones dentro del Gobierno de España.

Ya no son los tiempos de la revolución cubana y en España, gracias a nuestra Constitución, cada cuatro años elegimos quien nos ha de gobernar.


Referencias:

The Libertarian
Young America’s Foundation: “Can You Tell Who Said What?
WikiQuote: Che Guevara (Various)

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