
En esta segunda entrega os contaré acerca de otros seis fabulosos programas de TV que me acompañaron y entretuvieron allá durante los remotos años 70.
Tom y Jerry
Rey de los cásicos en lo que se refiere a gags de dibujos animados. El Gato Tom y el Ratón Jerry habrán inventado el 90% de los que todavía vemos en dibujos actuales. Quien haya visto sus aventuras sabrá de lo que hablo.
Muchos de los que crecieron viendo a Los Simpsons no sabrán que el gato y el ratón que admiran Bart y Lisa («Rasca y Pica» o «Itchy and Scratchy«) son un homenaje a esta leyenda de la animación creada por los geniales William Hanna y Joseph Barbera hace 80 años.
Tampoco sabrán quienes vean a “Vaca y Pollo” que la idea de mostrar solo las piernas de los personajes humanos sin verles nunca las caras también surge de Tom & Jerry. Una graciosa manera de mostrarnos cuál sería el punto de vista de estos pequeños animales (o de los niños).

De niño me quedaba hechizado frente al televisor al escuchar la melodía del comienzo, aunque hoy, cuarenta años después, me pasaría los mismo.
Como muchos dibujos animados de su generación, ya a principios de los ’80 empezaron a considerarse “políticamente incorrectos” sobre todo en lo referente al racismo y algunos episodios donde los personajes salían fumando o bebiendo.
También se cuestionó la violencia entre sus personajes pero cuando se produjo una serie de episodios donde el gato y el ratón eran amigos que enfrentaban juntos los peligros, la serie perdió toda su esencia y fue rechazada por el público.
Su primer corto data de 1940 y hasta marzo de 2008 la Warner produjo nuevos capítulos, aunque para mí la verdadera época dorada es la de Hanna-Barbera entre 1940 y 1958 y luego la más breve pero igualmente genial era de Chuck Jones entre 1963 y 1967.
Hubo muchos otros productores y realizadores del show pero nunca alcanzaron la calidad y creatividad necesaria. Es difícil saber cuántos episodios son en total pero se estima en torno a 250 sumando todas sus sagas.
Astroboy (鉄腕アトム Tetsuwan Atomu)
Cuando dije en la primera entrada que Heidi fuera quizás mi primer animé japonés, no recordé a Astroboy.
Este sí que fue el primero que vi y disfruté con devoción. Es además el primero realizado en formato de episodios de 20 minutos como los más populares de hoy en día.
El creador de este fantástico manga y animé es Osamu Tezuka , conocido en Japón como “El Dios del Manga”, nada menos.
Su argumento se inspira en el incipiente surgimiento de la robótica y la alta tecnología en el Japón de la post-guerra. Esta idea también inspiró a miles de escritores contemporáneos de ficción a imaginar que ocurriría si uno de estos robots desarrollara algún tipo de alma similar a la humana.
Astroboy es un pequeño robot de combate con la apariencia de un pequeño niño de mirada tierna. El drama y la tragedia siempre presentes en el animé, también lo están aquí, ya que el creador del robot en la ficción, el profesor Tenma, lo fabricó a imagen y semejanza de su hijo muerto en un accidente de tráfico.
“Astro”, como le solían llamar, necesitaba recargar sus baterías con frecuencia y los malos de turno intentaban aprovechar sus momentos de debilidad para secuestrarlo, desarmarlo y copiarlo. Pero el aparentemente indefenso robotito estaba equipado con vista de rayos X, súper oído, inteligencia artificial avanzada y cohetes en sus piernas y brazos. Este era el esquema básico de la historia sin embargo, como también es común en el animé, sus argumentos esconden una profundidad mayor y están sujetos a diversas interpretaciones por parte de los espectadores.

La serie original se produjo entre 1952 y 1968 con un total de 193 episodios. Más adelante hubo una secuela a principio de los 80, compuesta por 50 capítulos y finalmente se rodó una tercera saga en 2003 con 52 episodios más. En 2009 se estrenó una versión cinematográfica, que no está mal pero después de tantos años la magia se desvanece.
Ultra-Siete (ウルトラセブン Urutorasebun)
También en Japón y casi tres décadas antes de que los Power-Rangers coparan las pantallas de todo el mundo con sus estridentes colores y sus burdos efectos especiales, existió Ultra-Siete o Ultra Seven.
Y la comparación viene a cuento ya que el formato es similar, sólo que en los 70’s su originalidad y espectacularidad era mucho mayor. Luego supe que los personajes también tenían colores llamativos pero yo lo vi en blanco y negro.

Ambientada en una época en que la Tierra está a punto de ser atacada por alienígenas y monstruos siniestros, el Agente 340 es enviado desde el planeta Nébula M-78 para hacer un mapa de la Vía Láctea, pero decide permanecer en la Tierra para protegerla.
Su aspecto es el de un autómata de 40 metros de alto con un casco metálico característico y poderes increíbles por lo que debe adoptar la forma humana para mezclarse entre los terrícolas sin llamar la atención. Así logra enrolarse en el escuadrón “Ultra Seven” destinado a proteger el planeta, pero cuando las cosas se ponen feas, se coloca sus gafas especiales para recuperar su forma original y así derrotar a los malos.
Recuerdo en el colegio que todos jugábamos a ser Ultra-Siete en los recreos y copiábamos el más famoso ataque de nuestro héroe, que consistía en deslizar ambas manos sobre la cabeza de atrás hacia delante para lanzar la mortífera cresta metálica que coronaba el casco.
El estudio japonés Tsuburaya Productions grabó 49 episodios de 24 minutos de duración entre 1967 y 1968.
Meteoro (Speed Racer – マッハ GoGoGo)
Seguimos en Japón, de donde llegaba una de las más inolvidables y entrañables historias de carreras. Recuerdo mi emoción al comenzar a oír la dinámica melodía que acompañaba los títulos de inicio.
Hoy me causa gracia ver como estaba dibujada pero os aseguro que en aquel momento para mí todos los personajes eran reales.

Va de un joven piloto de carreras integrante de un modesto equipo familiar pero dueños del mejor coche que se pudiera imaginar: el Mach 5.
Este prodigio de la tecnología de la época además de ser más rápido que todos sus competidores, poseía una serie de funciones especiales como sierras que salían de la parte delantera para abrirse camino en terrenos difíciles, modo submarino, visión nocturna, protección anti-balas, neumáticos especiales que le aseguraban agarre en cualquier superficie y sus mas que famosos gatos hidráulicos integrados que le permitían catapultarse a grandes distancias y saltar sobre todos los peligros. ¿Creíais que “El coche fantástico” de Michael Knight era muy original?

Muchos pensarán que con todas estas ventajas a Meteoro le habrá sido muy fácil ganar todas las carreras pero se equivocan. Sus rivales intentaban destruirle y se interponían en su camino poniendo muchas veces en peligro su vida y la de sus amigos.
Sus padres siempre le acompañaban en sus aventuras pero también su travieso hermano menor Chispita, su novia Trixie, el mecánico del equipo llamado Bujía y por supuesto Rex, el misterioso corredor X. Rex es un personaje fundamental y a pesar de querer vencer a Meteoro, también se dedicará a protegerlo porque guarda un secreto que nadie sabe y es que…
El animé original consta de 52 capítulos realizados entre 1967 y 1968. Luego se hizo una nueva versión en 1997 que no llego ni a los talones de la original. En 2008 la historia fue llevada al cine con actores de carne y hueso, entre los que se encuentran Susan Sarandon, Christina Ricci y Matthew Fox (Jack en LOST) y aunque en estos casos donde se intenta materializar un animé tan legendario el resultado no suele estar a la altura, en este caso la película de Speed Racer (2008) logra captar absolutamente toda la esencia de la obra original y regala a los fans con deliciosos guiños al clásico animé.
La crítica la destrozó y su abultado presupuesto no fue absolutamente recuperado, pero en mi opinión es muy buena. Después de todo… ¿Qué saben los críticos?
Erase una vez…
Esta serie de origen francés, también ha dejado una recuerdo indeleble en los niños de España como en los de los muchos países en que se emitió. Aunque la producción y realización fue multinacional, yo vi la versión traducida al castellano español.
En su época fue un referente cultural para muchos niños de mi generación. Antes de la llegada de los ordenadores, las enciclopedias digitales y Wikipedia, existió “Erase una vez…”

El programa original producido en 1978 se llamó “Erase una vez… el hombre” y trataba sobre el origen de la especie humana y su evolución a través de la historia hasta los tiempos modernos.
Tras el éxito de la franquicia llegaron:
- “…el espacio” en 1982
- “…el cuerpo humano” en 1987
- “…las Américas” en 1991
- “…los inventores” en 1994
- “…los exploradores” en 1997
- “…la ciencia” en 2000
- “…la música” (sólo libros distribuidos en España) en 2007
- “…nuestra tierra” en 2008.
Yo recuerdo con más cariño la primer serie con sus 26 episodios de 25 minutos de duración donde enfocaban el comienzo de la humanidad desde el punto de vista evolucionista. Hasta el día de hoy me sorprendo tarareando la pegadiza melodía de sus créditos «…erase, una vez, un planeta triste y oscuro…»
El Hombre Nuclear y La Mujer Biónica
Estas eran dos series pero muy relacionadas porque la segunda es un spin-off de la primera y sus protagonistas eran marido y mujer en la ficción.
La primera se conoció en España con el nombre de “El Hombre de los Seis Millones de Dólares” que es la traducción literal de su título en inglés.
Diez años antes de que James Cameron y Arnold Schwarzenegger sorprendieran al mundo con Terminator, hubo un precursor de los cyborgs que batió records de audiencia en las televisiones de casi todo el mundo.
La historia contaba que Steve Austin (Lee Majors) era un piloto y astronauta que tras un terrible accidente que le dejó casi al borde de la muerte perdió ambas piernas, el brazo derecho y un ojo. Una agencia del gobierno de los Estados Unidos decidió entonces implantarle prótesis cibernéticas experimentales para salvarle la vida y de paso crear una especie de súper-hombre mitad máquina, mitad humano.
Una vez recuperado de aquella cirugía monumental que costó seis millones de dólares de 1974 (unos 26 millones actuales), descubrió sus nuevas habilidades que incluían una súper visión tanto diurna como nocturna con un zoom de 20x, una fuerza descomunal con su nuevo brazo de titanio y una velocidad de 100 km/h corriendo a pie. Sólo un guepardo le hubiera pillado.
Para devolver el «favor» que le había hecho el gobierno, Austin fue “invitado” sin darle demasiadas opciones, a incorporarse como agente a la agencia que le había salvado. De este nuevo trabajo de Steve Austin surgen las tramas de los 100 episodios que duró esta serie de culto.
En el episodio final de la segunda temporada de “El hombre nuclear” vio la luz por primera vez Jaime Sommers (Lindsay Wagner), que era una tenista profesional y prometida de Austin. Fanática de los deportes de riesgo, sufrió un accidente de paracaidismo que también la deja al borde de la muerte, etc, etc. Vaya, que la parejita no era muy afortunada.

La misma agencia que a su chico le pone la refacciones necesarias que incluyen las piernas, el brazo derecho y el oído. Consigue así también trabajo de agente.
«La Mujer Biónica» duró 3 temporadas y un total de 58 episodios entre 1976 y 1978.
Creo que no se volvieron a producir dos series contemporáneas con argumentos tan similares y en versiones hombre y mujer. Recuerdo en los recreos del cole a todos los niños de mi clase imitando los poderes de Austin y a las niñas los de Sommers.
Si aún no has leído la primera parte de «Televisión de mi Infancia» puedes hacerlo AQUÍ.